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Historia de la Pintura (página 2)




Enviado por Digicentro Famal



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Témpera o guacha:

La témpera es un medio similar a la acuarela, pero
tiene una "carga" de talco industrial o blanco de zinc, esta carga
adicional al pigmento le da su carácter opaco y no translúcido como la
acuarela, sin embargo tiene la virtud de dar tonalidades claras sobre una
oscura, cosa que en la acuarela "clásica" es incorrecta, a ese
defecto en la acuarela se le denomina "acuarela opaca" o
"muerta". La fórmula de la tempera también lleva goma arábiga, miel y
a veces hiel de buey para tener más fluidez en el recorrido del pincel. Es a su
vez un medio muy eficaz para complementar dibujos y hacer efectos de trazo seco
o de empaste.

Acrílicos:

El ácido acrílico es un compuesto químico (fórmula
C3H4O2), siendo el ácido carboxílico
insaturado más simple, con un enlace doble y un grupo carboxilo unido a su C3.
En su estado puro, se trata de un líquido corrosivo, incoloro y de olor
penetrante. Es miscible con agua, alcoholes, éteres y cloroformo. Es producido
a partir del propileno, un subproducto gaseoso de la refinación de petróleo. El
ácido acrílico presenta una acentuada tendencia a la creación de polímeros, los
cuales, en su forma neutralizada (como el poliacrilato de sodio) son utilizados
comercialmente.

Pasteles:

La técnica de pintura al pastel consiste en la
utilización de unas barras de colores similares a las tizas escolares pero que
se diferencian de éstas en que, en su composición, llevan una alta proporción
de pigmento que se aglutina con cola y en ocasiones yeso. De esta manera se
consiguen colores luminosos, intensos y bien saturados.

Es una técnica de las llamadas secas, ya que a
diferencia de la pintura al óleo o la acuarela, no se utiliza ningún disolvente
y se aplica directamente sobre la superficie de trabajo. Como soporte es común
utilizar papel de buena calidad de buen gramaje de color neutro no blanco y de
ligera rugosidad, aunque la técnica es lo suficientemente versátil para que se
pueda usar sobre otras superficies.

Es una técnica cómoda, generalmente rápida y que permite realizar
correcciones con gran facilidad, razón por la cual es escogida por muchos
artistas. Puede ser usada por payasos.

Temple:

Es una emulsión de agua, clara y yema de huevo y
aceite. Conviene primero hacer la mezcla del huevo con el aceite hasta una
mezcla homogénea, después gradualmente agregar el agua hasta crear la emulsión
o médium de la técnica al temple. La proporción es de un huevo entero, mas una
parte igual de aceite, mas una, dos o tres partes de agua, dependiendo de la
fluidez que se quiera alcanzar. También se puede agregar un poco de barniz
dammar a manera que se reemplaza la parte de aceite de linaza, con este
procedimiento se logra mayor firmeza o agarre y un secado más rápido, sin
embargo el acabado es más impermeable a las nuevas veladuras. En lugar del agua
se puede emplear leche desnatada.

El médium se mezcla con el pigmento hasta crear una
suerte de pasta similar a la del óleo y se trabaja de la misma forma en cuanto
a la secuencia, con la ventaja que se pueden hacer veladuras notables y efectos
de cortes. Su belleza radica en su acabado mate. Su fondo de aplicación puede
ser la tabla, el lienzo o el muro (siempre y cuando el muro este exento de
humedad, si el muro filtra humedad produce exfoliaciones).

Óleo:

Es la técnica rey por excelencia, su pastosidad, su
carácter versátil de poder ser empleado en veladuras o en empastes le dan una
libertad admirable, ya que su secado es gradual se pueden hacer esfumados y
mezclas cromáticas sobre el mismo lienzo o soporte.

Lo más empleado en técnica de procedimiento es el
termino "graso sobre magro". Las primeras etapas deben tener más
color que aceite para que el exceso no dañe la estructura de la tela, y para
evitar que estas primeras capas generen filtraciones sobre las últimas capas,
dando un aspecto grasiento y perjudicial para la conservación posterior del
cuadro, ya que en los excesos de aceite está el problema del amarilleo y las
micro fisuras en el proceso del oxidación del aceite.

Los estilos de acabado varían desde la veladuras de
Rafael hasta el trabajo pastoso y violento de Monet o Canogar. Su gran
flexibilidad ha permitido a los artistas combinar sus bondades con otras
técnicas como base, tal es el caso del temple y del acrílico, que aplicados en
la etapa primera cumplen el principio de graso sobre magro a cabalidad.

La Superficie:

La pintura puede ser expresada sobre una gran
variedad de superficies. Estas pueden tener
características distintas, como lo son la textura y absorción. También la
superficie está íntimamente vinculada al acabado y naturaleza expresiva, por
ejemplo: No es igual pintar una acuarela sobre una superficie de papel liso que
sobre un papel rugoso, también no es igual pintar al óleo sobre lienzo que al
fresco sobre un muro ya que el primero es un medio pastoso y de avance
oleaginoso y el segundo es seco y translúcido. Ahora bien, los medios también
tiene resultados diferenciables de acuerdo a la superficie y de acuerdo a los
agregados.

La escuela mural francesa con su máximo exponente Eugene Delacroix realizaba sus murales con
óleo y cera con la finalidad de dar el acabado mate propio del fresco, en
cambio Rafael Sanzio
en su escuela de Atenas empleó veladuras muy seguras y progresivas de menos a
mas, si bien el claro oscuro es más diáfano que el conseguido con óleo su color
es más luminoso al estar exento de aceite.

Hay otras formas de sacar provecho al medio y a la
superficie, por ejemplo, el muro preparado para el fresco es muy absorbente,
para realizar transiciones suaves se debe tener una pronta y preludio en la
ejecución, tener los colores listos y tomar el tiempo primero (que es cuando
hay más humedad) para realizar los difuminados, sin embargo, esa cualidad
absorbente del muro puede emplearse para trabajar con trazos lenticulares y
provocar una vibración óptica muy similar al arte de Van Gogh, un ejemplo claro
es la técnica de Teodoro Núñez Ureta
en el Ministerio de Educación de la ciudad de Lima. De esta forma los
limitantes de la superficie se pueden convertir en una ventaja para dar más
expresividad a la composición.

También podemos hablar de las nuevas técnicas, de
los soportes conglomerados y los nuevos médiums como los esmaltes, acrílicos y
pinturas a base de resinas que pueden ser aplicados en empastes que a manera
que avanza la ejecución pueden modificar la naturaleza de la superficie, a esto
se le llama fondo texturizado, y en su función, se le puede considerar como una
superficie expresiva nacida en el espacio-tiempo del trabajo

historia, la pintura ha adoptado diferentes formas, según los distintos medios
y técnicas que la han guiado y se han convertido en propios de cada una de
ellas. Hasta el siglo XX, la pintura se apoya, casi invariablemente, en el arte
del dibujo. En occidente, la pintura al fresco, que alcanzó su mayor grado de
desarrollo a finales de la edad media y durante el renacimiento, se basa en la
aplicación de pintura sobre yeso fresco o seco. Otra variedad antigua es la
pintura al temple, que consiste en aplicar pigmentos en polvo mezclados con
yema de huevo sobre una superficie preparada, que suele ser un lienzo sobre
tabla.

Durante el renacimiento, la pintura al
óleo vino a ocupar el lugar del fresco y del temple; tradicionalmente se
pensaba que esta técnica había sido desarrollada a finales de la edad media por
los hermanos flamencos Jan van Eyck y Hubert van Eyck, pero en la actualidad se
cree que fue inventada mucho antes.

Otras técnicas de pintura son el
esmalte, la encáustica, el gouache, la grisalla y la acuarela. En los últimos
años se ha extendido el uso de las pinturas acrílicas, con base de agua, de
rápido secado y que no se oscurecen con el paso del tiempo.

Con el transcurrir de los siglos, se
han venido sucediendo diferentes métodos y estilos artísticos, así como teorías
relacionadas con la finalidad del arte para, en algunos casos, reaparecer en
épocas posteriores con alguna modificación. En el renacimiento, la pintura al
fresco en muros y techos cedió el paso a la pintura de caballete al óleo, pero
se reactualizó en el siglo XX con las obras de los muralistas mexicanos.

La necesidad de expresar una emoción
intensa por medio del arte une a pintores tan diferentes como el español El
Greco, del siglo XVI, y los expresionistas alemanes del siglo XX. En el polo
opuesto de los intentos de los expresionistas por revelar la realidad interior,
siempre ha habido pintores empeñados en representar exactamente los aspectos
exteriores. El realismo y el simbolismo, la contención clásica y la pasión
romántica, se han ido alternando a lo largo de la historia de la pintura,
revelando afinidades e influencias significativas.

Pintura Prehistórica y Antigua

Las pinturas más antiguas que se
conocen fueron realizadas en las paredes de las cuevas que servían de abrigo a
la especie humana hace treinta mil años, durante el periodo paleolítico. Hay
muestras del arte paleolítico en emplazamientos de Europa occidental, del
África sahariana y del sur, y en Australia. En algunas zonas, como el litoral
mediterráneo, el desarrollo de la pintura siguió en el periodo neolítico.

Pinturas Rupestres:

Las pinturas que se conservan en las
cuevas de España y del sur de Francia representan, con increíble exactitud,
bisontes, caballos y ciervos. Estas representaciones están realizadas en
colores de tierra, compuestos de diferentes minerales pulverizados y mezclados
con grasa animal, clara de huevo, extractos de plantas, cola de pescado, e
incluso sangre; se aplicaban con pinceles hechos de varitas y juncos o se
soplaban sobre la pared. Estas pinturas debieron cumplir un papel en los
rituales mágicos, aunque no se conoce con certeza su naturaleza exacta.

Por ejemplo, en una pintura rupestre de
Lascaux, Francia, aparece un hombre entre los animales junto a varios puntos
oscuros; aunque su exacto significado permanece desconocido, demuestra la
presencia de una conciencia espiritual y la capacidad de expresarla por medio
de imágenes, signos y símbolos.

Pintura Egipcia:

Hace más de 5.000 años los artistas
egipcios empezaron a pintar los muros de las tumbas de los faraones con
representaciones mitológicas y escenas de las actividades cotidianas, como la
caza, la pesca, la agricultura o la celebración de banquetes. Igual que en la
escultura egipcia, prevalecen dos constantes estilísticas.

En primer lugar, las imágenes, más
conceptuales que realistas, presentan los rasgos anatómicos más
característicos, combinando las vistas frontales y de perfil de la misma
figura; en segundo lugar, la escala de las figuras indica la importancia de las
mismas, y así el faraón aparece más alto que su consorte, hijos o cortesanos.

Pintura Minoica:

Los minoicos decoraron con pinturas
realistas, de gran viveza, las paredes de sus palacios en Creta y también la
cerámica. Por ejemplo, el famoso fresco del salto del toro (1500 antes
de Cristo, Museo Heraklion, Creta) recrea un juego ritual entre personas y un
toro. La vida del mar era un tema frecuente, como en el fresco del delfín
(c. 1500 antes de Cristo), que se encuentra en las paredes del palacio del rey
Minos en Knossos, o en el jarrón del pulpo (c. 1500 antes de Cristo,
Heraklion Museum), una vasija globular sobre cuya superficie ondulan los
tentáculos de un pulpo, que definen y realzan su forma.

Pintura Griega:

Con excepción de algunos fragmentos, no
hay vestigios de los murales griegos. Sin embargo, las representaciones
naturalistas de escenas mitológicas en la cerámica griega pueden arrojar alguna
luz sobre cómo era esa pintura de gran formato. En la era helenística, las
escenas y motivos representados en los mosaicos son también probablemente el
eco de pinturas monumentales realizadas con otras técnicas que no han llegado
hasta nosotros.

Pintura Romana:

Los romanos decoraban sus villas con
suelos de mosaicos y exquisitos frescos representando rituales, mitos,
paisajes, naturalezas muertas o bodegones, y escenas cotidianas. Los artistas
romanos conseguían crear la ilusión de realidad, utilizando la técnica conocida
como perspectiva aérea, mediante la que se representan de forma más borrosa los
colores y contornos de los objetos más distantes para conseguir efectos
espaciales. En las excavaciones realizadas en las ciudades de Pompeya y
Herculano, que quedaron enterradas por la erupción del Vesubio en el año 79 de
nuestra era, se ha recuperado una recopilación de pintura romana, tanto civil
como religiosa.

Pintura paleocristiana y bizantina

Las muestras de pintura paleocristiana
que han llegado hasta nosotros datan de los siglos III y IV y son los frescos
de las catacumbas, en los que se representan escenas del Nuevo Testamento, cuya
característica son ciertas estilizaciones y convencionalismos artísticos
procedentes del mundo clásico. Por ejemplo, Jesús aparecía como el Buen Pastor,
con una figura adoptada de las representaciones del dios griego Hermes; para
simbolizar la resurrección se representaba la historia de Jonás liberado de la
ballena, según el Antiguo Testamento.

Entre las obras más extraordinarias de este periodo
paleocristiano se encuentran los mosaicos, del siglo VI, de las iglesias de
Rávena, Italia, destacando los de San Vitale en los que están representados
temas tanto espirituales como profanos. Las figuras estilizadas y alargadas que
decoran las paredes de la iglesia, vistas casi de frente, miran al espectador
con los ojos muy abiertos y parecen flotar ingrávidas y atemporales.

Esta presentación poco terrenal pasó a
ser característica del arte bizantino y el estilo quedó vinculado a la corte imperial
cristiana de Constantinopla, que perduró del año 330 al 1453. El estilo
bizantino aparece también en los iconos, pinturas convencionales sobre tabla,
destinadas al culto, que representan a Jesucristo, la Virgen y los santos. En los
manuscritos miniados, tanto de textos laicos "los textos de Virgilio (siglo IV
o principios del V, Biblioteca Vaticana, Roma)", como de escritos cristianos
"el Salterio de París (siglo X, Biblioteca Nacional, París)", se aprecian
vestigios del estilo grecorromano.

Pintura prehispánica en América:

Las pinturas murales de Teotihuacán y
las poblaciones vecinas de Tetitla y Tepentitla expresan la visión de la
creación del universo según los antiguos mesoamericanos que poblaron esa zona
situada en el norte y el centro de América, entre los siglos II antes de Cristo
y VII después de Cristo La descripción del viaje que emprende el alma a través
de lo que en conceptos cristianos se llamaría cielo e infierno refleja la
inquietud respecto a la trascendencia del ser humano que no se conforma con su
existencia terrenal. Alegorías de lo más preciado como el agua, la sangre, la
vida, la serenidad, están reflejadas en los frescos dedicados a Tláloc, deidad
de la lluvia, y al paraíso que ofrece cada vez que se prodiga.

Además de los códices, o escenas de la
vida y la historia prehispánicas plasmadas en libros pintados, sobresalen las
pinturas murales de Cacaxtla, en Tlaxcala, y de Bonampak, en Yucatán (México).
En ellas quedaron plasmadas vivas escenas bélicas y ceremoniales donde resalta
el dramatismo del dolor y el orgullo del triunfo. El uso de los colores "como
el fondo azul característico maya" y del detalle, en los innumerables giros y
atributos de las vestimentas de los personajes que lucen excelsos penachos,
armamentos, joyería, calzados, máscaras, sientan las bases de un pilar
fundamental de la plástica americana. En un detalle de los frescos de Bonampak
(785 después de Cristo) se ve a un prisionero desmayado sobre una escalinata en
uno de los escorzos más logrados de la pintura antigua. Es digno de mención el
hecho de que pasarían unos siglos hasta que las culturas de América tuvieran
contacto con las europeas y, por tanto, se desarrollaron sin ninguna influencia
extracontinental.

Pintura Medieval:

El arte de la edad media "que se desarrolló
fuera del imperio bizantino y dentro de lo que eran las fronteras del norte del
mundo romano" puede clasificarse según sus rasgos estilísticos distintivos. El
arte celta, que floreció entre los siglos VII y XIX en los monasterios de
diferentes zonas de las islas Británicas, se basaba sobre todo en intrincados
dibujos caligráficos. Se realizaron manuscritos miniados muy decorados, como
los Evangelios de Lindisfarne (c. 698-721, Museo Británico, Londres), con
elaborados motivos lineales, planos, en los que se combinan elementos celtas y
germánicos. En el periodo románico, durante los siglos XI y XII, los
manuscritos del norte de Europa no denotaban ningún estilo concreto; algunas
iluminaciones eran de inspiración clásica, mientras que otras señalaban un
nuevo estilo de dibujo, enérgico y muy acusado. En el periodo gótico que
siguió, desde fin del siglo XII hasta el comienzo del renacimiento italiano, se
introdujo un gran repertorio de medios técnicos, y la pintura dejó de ser un
producto de monasterio.

Pintura Gótica:

Durante el principio del periodo gótico, la
estructura de las catedrales concedía mayor importancia a las ventanas, por lo
que las vidrieras desempeñaron un papel más prominente en el arte que los
manuscritos miniados. Los artistas laicos instalaron sus talleres en París y en
otros centros importantes, produciendo elaborados manuscritos miniados para los
clientes reales. Hasta nosotros han llegado pinturas de temas seglares
realizadas en aquel periodo, sobre todo en Italia. En el Palazzo Pubblico de
Siena, Ambrogio Lorenzetti pintó unos frescos, entre 1338 y 1339, que
representan la vida ciudadana y campesina del siglo XIV, y en la sala del
consejo del ayuntamiento, se conserva un retrato ecuestre, pintado por Simone
Martini, en el que aparece un héroe militar local, con su campamento como telón
de fondo. Véase Arte y arquitectura góticas.

Estilo Gótico Internacional

La fusión de las tradiciones artísticas
del norte de Europa y de Italia que tuvieron lugar a principios del siglo XV,
se conoce como estilo gótico internacional. Entre las muchas características
que definen la pintura de este estilo, se encuentra el detalle realista, que
denota una perspicaz observación de los seres humanos y de la naturaleza, por
parte del pintor. A principios de la década de 1400, los hermanos Limbourg se
trasladaron de Flandes a Francia; allí, por encargo de Jean de France, duque de
Berry, crearon el magnífico libro de horas Tregraves riches heures du duc de
Berry
(1413-1416, Musée Condé, Chantilly, Francia). Es una de las obras más
importantes del estilo gótico internacional y sus páginas de calendario
retratan la vida campesina y la de la nobleza; constituye un brillante
documento sobre el vestido, actividades y arquitectura de la época. Aunque se
trata de ilustraciones a toda página, reflejan un estilo medieval anterior, en
el hecho de que las figuras son pequeñas y tienen que compartir la atención del
lector con otras imágenes.

Giotto

Por contraste, unos cien años
antes que los hermanos Limbourg, el pintor italiano Giotto había conferido a la figura
humana un tamaño y dignidad monumentales, haciéndola protagonista de la historia.
Con su obra revolucionó la pintura italiana y sus descubrimientos, junto con
los de otros artistas, terminaron por afectar a la pintura en el norte. En la Capilla de la Arena, en Padua, se
conservan los soberbios frescos pintados por Giotto, entre 1305 y 1306, sobre
las vidas de Jesús y de la
Virgen. El artista pintó también retablos de madera de gran
formato, como otros muchos pintores del fin de la etapa medieval.

Pintura Renacentista:

El término renacimiento describe la
revolución cultural de los siglos XV y XVI originada en Italia por el despertar
del interés hacia la cultura clásica y por una fuerte confianza en el
individualismo. Véase Arte y arquitectura renacentistas. Se
seguía rindiendo culto a los logros de la antigüedad, pero al mismo tiempo se
producía una reactivación intelectual y cultural. Por ejemplo, hacia 1427,
Masaccio "uno de los grandes innovadores del periodo" realizó, en la capilla
Brancacci de la iglesia de Santa Maria del Carmine, en Florencia, una notable
serie de frescos que revelan su atenta observación del comportamiento humano,
al tiempo que demuestran su conocimiento del arte antiguo. En la Expulsión
del paraíso,
su Adán y Eva están realmente avergonzados; la postura de Eva,
intentando cubrirse el cuerpo con los brazos, está basada en una actitud
característica de la escultura clásica, conocida como la Venus Púdica.

Las iglesias y
edificios seglares de Italia y los museos de todo el mundo ofrecen una gran
recopilación de la pintura renacentista italiana.

Pintura Renacentista Temprana:

El desarrollo de los principios de la
perspectiva lineal, llevado a cabo por varios arquitectos y escultores a
principios del siglo XV, permitió a los pintores conseguir, por medio de la
representación bidimensional, la ilusión del espacio tridimensional. Muchos de
los artistas del primer renacimiento "como Paolo Uccello, Piero Della Francesca
y Andrea Mantegna" se valieron del empleo dramático de la perspectiva y del
escorzo en su dibujo para producir la ilusión de la prolongación de un objeto o
figura en el espacio. La exploración de la anatomía condujo a un mayor
entendimiento de la representación de la forma humana. También se empezaba a
utilizar la pintura al óleo, desafiando a la antigua supremacía del temple y
del fresco. Los pintores que explotaban el potencial de la nueva técnica
trabajaban superponiendo estratos de veladuras de óleo transparentes y los
lienzos sustituyeron a las antiguas tablas. Algo más tarde, otros artistas,
sobre todo los que trabajaban en Venecia "especialmente Domenico Veneziano,
Giovanni Bellini y Giorgione" destacaron por los tonos cálidos de sus óleos.

Pintura del Alto Renacimiento

Los maestros del alto renacimiento
fueron Leonardo da Vinci, Rafael, Miguel Ángel y Tiziano. Paradójicamente,
Leonardo sólo dejó un puñado de obras, pues dedicó la mayor parte de su tiempo
a la observación científica de los fenómenos y a los inventos técnicos.
Realizaba continuos experimentos con pigmentos oleosos sobre yeso seco, y a
ello se debe el deterioro de los murales que han llegado hasta nuestros días
"como es el caso de La última cena (1495-1497, Santa Maria delle Grazie,
Milán)". Rafael perfeccionó los anteriores descubrimientos renacentistas en
materia de color y de composición, creando tipos ideales en sus
representaciones de la Virgen
y del Niño y en sus estudios de retratos de sus coetáneos. La Capilla Sixtina
del Vaticano, en Roma, con sus frescos de la Creación y la Expulsión
en la bóveda (1508-1512) y el gran mural del Juicio Final (1536-1541),
dan fe del genio pictórico de Miguel ángel. Un estilo de pintura colorista
alcanzó su clímax en Venecia con las obras de Tiziano, cuyos retratos denotan
un profundo conocimiento de la naturaleza humana. Entre sus obras maestras se
incluyen también representaciones de temas cristianos y mitológicos, así como
numerosos desnudos femeninos, famosos en su género.

Manierismo

Hacia 1520, surgió en Italia un estilo
sofisticado y artificioso, muy intelectual, conocido como manierismo. Se
confería más importancia a la complejidad y a la distorsión que a la armonía de
las líneas, al color o a la composición; en el manierismo, hasta las pinturas
religiosas resultaban inquietantes para el espectador. Entre los pintores de
este estilo destacan Pontormo, Rosso Fiorentino, Parmigianino, Tintoretto y
Bronzino. El más conocido de los manieristas tardíos es El Greco, que aunque
formado en Italia, se estableció en España. Su manera, intensamente emocional,
de abordar sus temas, confería un fuerte sentido apocalíptico a sus obras,
hasta a los paisajes, como por ejemplo su Vista de Toledo (c. 1600-1610,
Metropolitan Museum of Art, Nueva York).

Pintura Renacentista del Norte de Europa:

La influencia del renacimiento italiano
alcanzó el norte de Europa a principios del siglo XV, pero esta renovación de
la actividad artística y cultural no se basaba en la antiguuml;edad clásica,
sino que estaba más bien marcada por un gran interés hacia los seres humanos y
su entorno y a la meticulosa representación pictórica de los detalles
naturales. Hablando en general, el interés por el arte antiguo y el
conocimiento de la perspectiva lineal no se desarrollaron en el norte hasta el
siglo XVI e, incluso entonces, no todos los artistas sacaban provecho de los descubrimientos
hechos en Italia.

Uno de los pintores holandeses más
importantes del siglo XV fue Jan van Eyck que, con la colaboración de su
hermano Hubert, pintó el políptico del Retablo de Gante (terminado en
1432, Iglesia de San Bavón, Gante, Bélgica). En sus 24 paneles hay cientos de
figuras, con una gran variedad de vegetación tan fielmente representada que se
pueden identificar más de treinta especies de plantas. Entre los artistas
flamencos de la época destacan Rogier van der Weyden, cuyas pinturas religiosas
se centran en el drama emocional; Hans Memling, creador de figuras delicadas y
llenas de gracia sobre fondos etéreos; y Hugo van der Goes, que, por encargo de
la familia Portinari, pintó un soberbio retablo (c. 1476, Uffizi, Florencia)
con gran riqueza de detalles. Todos estos artistas se caracterizaban por el uso
de símbolos, o iconografía. El significado de los objetos no estaba en sí
mismos sino que transmitían ideas abstractas; por ejemplo, una vasija de
cristal simbolizaba pureza. En la
Europa nórdica de entonces se entendía poco la perspectiva
lineal; sin embargo, los logros de la pintura flamenca y holandesa en las
técnicas del temple y del óleo no han sido superados.

"El martirio", Jean Fouquet

El pintor francés más importante de la
época fue Jean Fouquet, notable retratista y miniaturista, cuya obra denota la
influencia tanto del anterior arte flamenco como de la pintura italiana
contemporánea. La visita que realizó a Italia en la década de 1440 queda
patente en la representación de una iglesia renacentista italiana en el fondo
de uno de los cuerpos (c. 1450) de la obra devocional conocida como Díptico
de Melun.
Una de las tablas se encuentra en los Staatliche Museen de Berlín
y la otra en los Musées Royaux des Beaux-Arts de Amberes, Bélgica.

A principios de la década de 1500
surgieron obras maestras de pintores más interesados en el valor expresivo de
sus temas que en la perspectiva, la anatomía y las proporciones correctas. Buen
ejemplo de ello es el tríptico del Jardín de las delicias (c. 1500,
Museo del Prado, Madrid), del pintor holandés El Bosco; se trata de un
conglomerado surrealista de formas humanas y animales, sensualmente sugestivas,
y de extrañas plantas. Otro ejemplo de la exageración de la forma humana,
característica del norte en el siglo XVI, es el Retablo de Isenheim
(1512-c. 1515, Unterlinden Museum, Colmar, Francia), obra conmovedora del
pintor alemán Matthias Grünewald. Por contraste, otro artista alemán Alberto
Durero, el auténtico genio renacentista del norte, es conocido por su soberbia
manera de representar la figura humana. Durero era un humanista cristiano, cuya
curiosidad científica era comparable a la de Leonardo, y se inspiraba en el
filósofo holandés Erasmo de Rotterdam y en Martin Lutero, como queda patente en
el grabado El caballero, la muerte y el diablo (1513) y en los cuadros
gemelos de los Cuatro apóstoles (c. 1526, Alte Pinakothek, Munich),
obras en las que demuestra sus notables cualidades como dibujante. Otro
conocido artista, alemán de nacimiento, fue Hans Holbein el Joven, recordado
sobre todo por sus retratos, entre los que destacan el de Enrique VIII y el de
Tomás Moro.

Entre los pintores holandeses del siglo
XVI sobresale Pieter Brueghel el Viejo, con sus notables escenas de la vida
campesina, muchas de las cuales son comentarios satíricos sobre la locura
humana. Las atractivas obras de Brueghel sobre mitos, parábolas y proverbios
eran tan apreciadas en el siglo XVI como lo siguen siendo en la actualidad.

Pintura Barroca:

El arte barroco del siglo XVII se caracteriza
por su aspecto dinámico, en contraste con el estilo clásico, relativamente
estático, del renacimiento. Esta tendencia se distingue por las líneas
compositivas diagonales, que proporcionan el sentido del movimiento, y por el
empleo de un marcado claroscuro. Con ambas técnicas se consiguió un estilo
dramático, grandioso, apropiado al espíritu fundamental de la contrarreforma.
Muchos pintores de principios del siglo XVII empezaron también a desviarse de
la artificialidad del manierismo en un intento por volver a un reflejo más
exacto del mundo natural.

Pintura Rococó:

El arte rococó, que
floreció en Francia y en Alemania a principios del siglo XVIII, era en muchos
aspectos una continuación del barroco, sobre todo en lo concerniente al uso de
la luz y de la sombra y al movimiento compositivo. Sin embargo, el rococó es un
estilo más ligero y festivo, muy adecuado para la decoración de las residencias
parisinas. Entre los pintores rococó destaca Jean Antoine Watteau, conocido por
sus pinturas etéreas de enamorados elegantemente vestidos, solazándose en las fetes
galantes
(reuniones al aire libre, que estaban de moda); estas fantasías
bucólicas fueron muy emuladas por otros artistas franceses. También eran muy
populares las escenas mitológicas y pastorales, en las que aparecían mujeres
desenfadadas y distinguidas, realizadas por Francois Boucher y Jean-Honoré
Fragonard. Por su parte, J. B. S. Chardin, también destacado como pintor de
bodegones, confería a las mujeres el papel de madre y de ama de casa en sus
escenas de género. Como ejemplo del estilo rococó en Alemania está la obra del
pintor italiano Giovanni Battista Tiepolo, que pasó algún tiempo en Wurzburgo;
los techos de la sala de la escalera y del salón de recepciones del palacio
episcopal de Wurzburgo están decorados con sus frescos de gran ilusionismo.

Como parangón a la tradición rococó del
continente, se encuentran las obras de tres destacados artistas ingleses del
siglo XVIII. William Hogarth era conocido por sus cuadros y grabados de tono
moralizante, en los que satirizaba los disparates sociales de su época, como en
su famosa serie (primero pintada y después grabada) Mariage agrave; la mode
(1745), en la que relata la ruinosa trayectoria de los matrimonios de
conveniencia. Thomas Gainsborough y Sir Joshua Reynolds, siguiendo la tradición
establecida por van Dyck, se centraron en retratar a la aristocracia inglesa.
El vigor y la gracia de estos retratos, y su penetrante interpretación
psicológica, los elevan del simple retrato social a un incomparable registro de
las modas y costumbres de las clases adineradas de la época.

Pintura Neoclásica:

En la segunda mitad
del siglo XVIII la pintura experimentó una revolución, cuando el casto
neoclasicismo vino a sustituir al exuberante estilo rococó. Este resurgimiento
clásico en las artes se debió a diferentes acontecimientos. En primer lugar, a
mediados del siglo XVIII, se iniciaron muchas excavaciones arqueológicas en
Italia y en Grecia y se publicaron libros con dibujos de antiguas
construcciones que los arquitectos ingleses y franceses copiaron con avidez. En
segundo lugar, en 1755, el historiador del arte alemán Johann Joachim
Winckelmann publicó su ensayo Pensamientos sobre la imitación de las obras
griegas en la pintura y la escultura
, ensalzando la escultura griega. Esta
obra, que ejerció gran influencia sobre los artistas, impresionó sobre todo a
cuatro pintores extranjeros residentes en Roma: el escocés Gavin Hamilton, el
alemán Anton Raphael Mengs, la suiza Angelika Kauffmann y el estadounidense Benjamin
West, que se inspiraron en ella para crear cuadros basados en la literatura
clásica.

Fue, sin embargo, el pintor francés
Jacques-Louis David el principal defensor del neoclasicismo. También él estaba
imbuido de las influencias clásicas recibidas durante su estancia en Roma, y
con anterioridad, de las obras del clasicista francés del siglo XVII, Poussin.
El sobrio estilo de David armonizaba con los ideales de la Revolución Francesa.
Obras como El juramento de los Horacios (1784-1785, Louvre) inspiraban
patriotismo; otras, como la Muerte
de Sócrates
(1787, Metropolitan Museum), predicaban el estoicismo y la
abnegación. David no sólo utilizaba la historia antigua y el mito clásico como
fuentes para sus temas, sino que basaba la forma de sus figuras en la escultura
antigua. Su gran sucesor fue Jean Auguste Dominique Ingres, a quien se llegó a
identificar con la tradición académica en Francia por la fría serenidad de sus
líneas y tonos, y por su esmerado interés por el detalle, como en su
sorprendente retrato de La condesa de Haussonville (1845, colección
Frick, Nueva York). Sin embargo, ya se encuentran elementos de la tendencia
romántica, que pronto sucedería al neoclasicismo, en el interés que Ingres
mostraba por los temas no-europeos, como lo demuestran sus diferentes cuadros
de odaliscas.

David ejerció su influencia sobre
muchos otros pintores, entre los que se encontraban varias mujeres que
destacaban como seguidoras suyas. Era el caso de Adélaiuml;de Labille-Guiard,
Marie Guillemine Benoist y Constance Marie Charpentier, algunas de cuyas obras
han sido erróneamente atribuidas a David en el pasado; las investigaciones
recientes han tratado de identificar sus contribuciones individuales. Véase
Neoclasicismo.

Pintura Romántica:

Sucediendo muy de cerca al
neoclasicismo, el movimiento romántico introdujo el gusto por lo medieval y lo
misterioso, así como el amor por lo pintoresco y lo sublime de la naturaleza.
Se dio rienda suelta a la imaginación individual y a la expresión de la emoción
y del estado de ánimo, desbancando al enfoque intelectual razonado de los
neoclasicistas. En general, los pintores románticos preferían las técnicas
coloristas y pictoricistas al estilo neoclásico, lineal y frío.

Francisco de Goya:

Aunque el
romanticismo fue el movimiento dominante durante buena parte del siglo XIX,
existían otras tendencias artísticas del todo diferentes, y muchos pintores no
abrazaron ninguna escuela claramente definida. Por ejemplo, no se puede
relacionar a Francisco de Goya con ningún movimiento artístico concreto. Sus
obras tempranas son de un estilo rococó modificado y sus últimos trabajos
(entre los que se cuentan las Pinturas negras (Museo del Prado)
realizadas en su casa de la
Quinta del Sordo) son expresionistas y alucinatorias. En
algunos retratos de la familia real "por ejemplo La familia de Carlos IV
(1800, Museo del Prado, Madrid)" emuló la fórmula de su compatriota Velázquez
(en Las Meninas) incluyéndose ante el caballete. Pero, al revés que la
obra de Velázquez, los retratos de Goya no son nunca objetivos; su perspicacia
psicológica revela la insulsez de sus modelos y su brillante pincelada recoge
sin rodeos sus defectos físicos.

Realismo:

Hacia mediados del siglo XIX, el pintor
francés Gustave Courbet rechazaba tanto el neoclasicismo como el romanticismo y
proclamaba un movimiento individual llamado realismo. No le interesaba la
pintura histórica, ni los retratos de los gobernantes, ni los temas exóticos,
pues creía que el artista debía ser realista y pintar los acontecimientos
cotidianos de la gente común. El entorno elegido para muchos de sus lienzos fue
Ornan, su villa natal en el levante francés; allí retrató a obreros
construyendo una carretera, a ciudadanos asistiendo a un funeral, o a hombres
sentados alrededor de la mesa escuchando música y fumando. Aunque no existía
ningún movimiento artístico realista formal, la obra de algunos pintores del
siglo XIX presenta tendencias que pudieran ser identificadas como tales. Honoré
Daumier, más conocido por sus litografías, pintó pequeños lienzos realistas
sobre la vida en las calles de París y en algunos casos se tacha de
social-realista a Jean-Franccedil;ois Millet, de la Escuela de Barbizon.

Desarrollo del Impresionismo:

Al volver sus ojos hacia los temas
cotidianos, los artistas de mediados del siglo XIX cuya obra es adscribible al
realismo sentaron un precedente para la siguiente generación de la vanguardia
francesa. édouard Manet fue el principal innovador de la década de 1860 y su
estilo fue precursor del impresionismo. Al igual que Courbet, Manet encontró
muchos de sus temas en la vida que le rodeaba (los parisinos solazándose en
restaurantes, en parques, o paseando en barco), aunque también tomó muchos de
maestros anteriores "Velázquez y Goya" recreándolos de acuerdo con la vida
contemporánea, a su propio estilo, aplanando las figuras y neutralizando las
expresiones emocionales. Estas y otras innovaciones, como su pincelada libre e
imprecisa y sus amplios parches de color yuxtapuestos sin transición, hacen que
se considere a Manet el primer pintor moderno.

Movimientos Post-Impresionistas

En la década de 1880, y durante un breve periodo,
Pissarro se desvió hacia una nueva técnica, una ramificación del impresionismo
desarrollada por Georges Seurat y conocida como divisionismo o puntillismo. Seurat y sus seguidores
neoimpresionistas transformaron la pincelada suelta, típica del impresionismo,
en puntitos de pigmento puro, yuxtaponiendo sobre el lienzo zonas diminutas de
colores complementarios. Las teorías de Seurat procedían de sus lecturas de los
textos estéticos y científicos del siglo XIX sobre el color. Esta técnica se
aprecia perfectamente en una de sus obras más espectaculares, Domingo de
verano en la isla de la
Grande Jatte
(1884-1886, Art Institute of Chicago).

Las obras tempranas de tres importantes
artistas de finales del siglo XIX, Vincent van Gogh, Paul Gauguin y Henri
Toulouse-Lautrec, denotaban la influencia del impresionismo, pero acabaron por
desarrollar estilos postimpresionistas claramente definidos. Tanto van Gogh
como Pissarro hicieron breves experimentos con la división del color. Sin
embargo, en el estilo desarrollado por van Gogh era típico el empleo del color
puro, aplicado muy denso en pinceladas vacilantes que dotaban a la obra de
intensa expresión emocional. Muchos de sus lienzos, en especial los de cipreses
azotados por el viento y los de campos de trigo bajo cielos tormentosos,
expresan su propio estado de ánimo, tal como lo reflejan las fuerzas de la naturaleza.
El estilo de van Gogh ejerció gran influencia sobre los pintores del norte de
Europa que, a principios del siglo XX, desarrollaron el expresionismo.

La obra de su colega Gauguin refleja
también distorsiones de línea y de color pero difiere de la suya en que es más
simbólica que expresionista. Las zonas de colores mates fuertes forman motivos
decorativos, con los contornos muy marcados. Gauguin fue la figura central de
un nuevo movimiento conocido como sintetismo o simbolismo, activo durante la
década de 1890, cuyos inmediatos seguidores formaban el grupo de los Nabis.

Otro camino tomó Toulouse-Lautrec,
pintor de personas, que elegía a sus modelos entre las cantantes y bailarinas
de cabaret y las prostitutas; estas figuras eran la expresión de la decadencia
social del París de los llamados "Alegres Noventa". Como muchos otros
artistas "Manet, Degas o la estadounidense Mary Cassatt" estaba influido por el
estilo plano y la composición en apariencia descuidada de los grabados
japoneses. Toulouse-Lautrec tenía un gran sentido de la línea, apreciable en
sus dibujos y litografías de color, medio éste al que aportó mucho de su
trabajo, sobre todo con sus carteles para el Moulin Rouge y otros lugares de
esparcimiento parisinos.

Pintura del siglo XX anterior a la II Guerra Mundial

El arte del siglo XX se caracteriza por
numerosos movimientos y estilos. Entre los que tuvieron su origen en Europa
antes de la II Guerra
Mundial se encuentran el fauvismo, el expresionismo, el cubismo, el futurismo,
el constructivismo, el neo-plasticismo, el dadá y el surrealismo; en Estados
Unidos se desarrollaron el sincronismo y el precisionismo. Véase Arte y
arquitectura contemporáneas.

Fauvismo

A principios de siglo, los artistas,
tanto franceses como alemanes, mostraron su interés por el arte de las
sociedades no-occidentales. Después de investigar las llamadas tradiciones
artísticas primitivas en Bretaña, Gauguin trasladó su búsqueda a los mares del
sur. Su modelo de color decorativo y sus teorías influyeron sobre un grupo
posterior de pintores, conocidos como los "fauves" (fieras), a la
cabeza de los cuales estaba Henri Matisse. Otros "fauves" conocidos
fueron André Derain, Georges Braque y Maurice de Vlaminck, que presumían de ser
los primeros artistas europeos en descubrir la escultura africana.

Expresionismo

La obra de los artistas más preocupados
por plasmar sentimientos y respuestas subjetivos, por medio de la distorsión de
la línea y del color, que por representar fielmente la realidad externa, se
fundió en un movimiento conocido como expresionismo. En Alemania, el movimiento
abarcaba dos grupos. Los artistas jóvenes, activos entre 1905 y 1913, que
componían el grupo Die Bruuml;cke estaban, como los fauves, inspirados
en el arte africano, cuya fuerza y energía trasladaban a su propia obra. El
grupo estaba formado por Ernst Ludwig Kirchner, Karl Schmidt-Rottluff, Erich
Heckel y Emil Nolde, entre otros. Representaban los sufrimientos de la
humanidad con un estilo parecido, en cierto modo, al fauvismo, pero con el
ingrediente añadido de la angustia. La obra temprana del noruego Edvard Munch,
de gran carga emocional, era bien conocida en Alemania y produjo honda
impresión en los artistas de Die Bruuml;cke. Algo más tarde, en 1911, Franz
Marc y el artista nacido en Rusia Wassily Kandinsky encabezaron la otra fase
del expresionismo alemán, por medio del grupo Der Blaue Reiter, en
Munich; se inspiraban en el llamado arte primitivo, en el fauvismo, y en el
arte popular, y la modalidad expresionista que practicaban evolucionó hacia una
forma de pintar semi-abstracta. Los principales componentes del Blaue Reiter
eran August Macke, Gabriele Muuml;nter, Paul Klee y Alexey von Jawlensky. En
esos años, el uruguayo Pedro Figari produce su obra neo impresionista en su
país, en Buenos Aires y París.

Cubismo

Entre 1907 y 1914, Pablo Picasso y
Georges Braque desarrollaron el cubismo en París, inspirándose en la forma,
cada vez más geométrica, que tenía Cézanne de representar los paisajes y las
naturalezas muertas, y en las formas dinámicas de la escultura africana e
ibérica. El cubismo llegó a ser el estilo artístico que más influencia ejerció
entodo el siglo XX; se basa en poner de relieve la bidimensionalidad del plano
pictórico, rechazando los valores tradicionales de perspectiva, escorzo,
modelado y claroscuro. La pintura cubista atravesó diferentes fases, entre las
manos de Picasso y Braque inicialmente, y más tarde las de Fernand Léger,
Robert Delaunay, Sonia Delaunay y Juan Gris, para ser modificado posteriormente
por un grupo de artistas italianos entre los que se encontraban Gino Severini,
Umberto Boccioni, Carlo Carragrave; y Giacomo Balla. El cubismo en América
Latina tiene, entre otros representantes, al cubano Wifredo Lam y al mexicano
Diego Rivera en su obra de caballete. Su intención de expresar en el arte el
avance dinámico del siglo XX se conoce como futurismo. En los años 1930 se da a
conocer el uruguayo Joaquín García Torres, precursor del arte constructivo.

Pintura Abstracta:

El arte abstracto, que abarca varios
estilos bien definidos, empezó a desarrollarse en Alemania, Estados Unidos,
Rusia y los Países Bajos durante la segunda década del siglo XX. El cubismo fue
crucial para su evolución, sobre todo en Rusia, donde los artistas, que
conocían las tendencias francesas, bien a través de sus viajes a París, o
viendo el arte de vanguardia en las colecciones moscovitas, empezaron a crear
cuadros de construcción geométrica. Kazimir Maliévich llamó suprematismo a su
manera de abordar la abstracción, mientras que a otros artistas rusos "como Alexander
Rodchenko y El Lissitzky" se les conoció como constructivistas. Después de su
contacto con el cubismo, Piet Mondrian desarrolló una forma de abstracción
llamada neo-plasticismo. Sus pinturas de cuadrículas, poniendo de relieve la
bidimensionalidad del plano pictórico, y sus teorías estéticas fueron la base
del desarrollo de la abstracción geométrica en Estados Unidos en la década de
1930. En esta última tendencia destaca en América Latina el italo-brasileño
Alfredo Volpi, cuyo trabajo desemboca en una geometría sensible, con trazos
menos exactos y más imaginativos.

Dadá:

Durante la I Guerra Mundial un grupo
de intelectuales suizos, unidos por su repugnancia hacia los valores burgueses,
y sobre todo hacia el militarismo de los años de guerra, eligió el vocablo
"dadá", sin significado alguno, para describir sus actividades de
protesta y repulsa y el arte con el que desafiaban los criterios estéticos
establecidos. El más conocido de los dadaístas era el pintor francés Marcel
Duchamp, que expresó su desaprobación por el "arte agradable y
atractivo" añadiendo bigote y barba a una reproducción de la Mona Lisa de
Leonardo da Vinci. La iconoclastia de Duchamp encontró también expresión en lo
que llamaba readymades, los objetos cotidianos que él presentaba como
obras de arte. Otros dadaístas famosos fueron Francis Picabia, George Grosz y
Max Ernst.

Surrealismo

Los dadaístas aprovechaban el accidente
y la oportunidad para crear obras, métodos que fueron adoptados por sus
sucesores, los surrealistas. En 1924 André Breton presentó un manifiesto dando
el nombre de surrealismo al movimiento que proclamaba la superioridad del
inconsciente y el papel de los sueños en la creación artística. Los
surrealistas más importantes fueron Ernst, Salvador Dalí, Joan Miró, René Magritte,
Jean Arp y André Masson. En América Latina destaca el chileno Roberto Matta,
que combina el surrealismo con la abstracción.

Por otra parte, se podría incluir a la
mexicana Frida Kahlo dentro de una corriente surrealista influida por el arte
popular.

A partir de la II Guerra Mundial, los
artistas de todo el mundo han desempeñado un importantísimo papel en la
creación de nuevos estilos o en el desarrollo de los ya existentes. Entre ellos
se encuentran el expresionismo abstracto, el Op Art y el Pop Art, el
fotorrealismo y el minimalismo.

Expresionismo Abstracto:

La presencia en Estados Unidos de
muchos surrealistas europeos refugiados, fue sin duda el catalizador en la
creación del expresionismo abstracto, movimiento centrado en Nueva York entre
las décadas de 1940 y 1950. Su investigación del inconsciente y de las técnicas
que hacían uso de la casualidad intrigó a Jackson Pollock, Willem de Kooning,
Hans Hofmann, y muchos otros. Estos artistas, partidarios del automatismo
surrealista (una técnica similar a la escritura automática) y del
expresionismo, eran conocidos como action painters. En manos de Pollock,
por ejemplo, la técnica pictórica implicaba gotear colores sobre lienzos de
gran formato para crear al azar motivos enérgicos. Otros expresionistas
abstractos, como Mark Rothko y Barnett Newman, desarrollaron la colour-field
painting,
aplicando sobre el lienzo grandes extensiones de color sutilmente
modulado. En Argentina destaca Ronaldo de Juan, que más tarde optó por grandes
cuadros de tonos grises.

Op Art y Pop Art

En la década de 1960
se iniciaron nuevos estilos y movimientos. Algunos pintores siguieron en la
senda de la abstracción, como denota el Op Art de Victor Vasarely. Si bien el
Op Art se basa en producir ilusiones ópticas generalmente abstractas, el Pop
Art es figurativo, como se aprecia en las divertidas obras de su creador, el
artista inglés Richard Hamilton. Los artistas Pop tomaban sus imágenes de los
anuncios, de las películas, de las tiras cómicas y de los objetos cotidianos.
Entre los más destacados artistas pop americanos se encuentran Robert
Rauschenberg, Jasper Johns, Jim Dine, Roy Lichtenstein, Tom Wesselmann, James
Rosenquist y Andy Warhol.

Nuevo Realismo:

Las irónicas imágenes del Pop Art
ayudaron a despejar el camino para un renacimiento de la pintura realista. El
realismo es un estilo continuo, pero muy individualista, en el arte de América,
y abarca a pintores tan dispares como Thomas Eakins, Sloan, Hopper, Andrew
Wyeth y Fairfield Porter. Los realistas que se destacaron en las décadas de
1970 y 1980 fueron aquellos que habían asumido algunos de los conceptos
estéticos del arte abstracto. El fotorrealismo se basaba en la fotografía para
conseguir una variedad de pintura realista impersonal, con detalles precisos,
como en los meticulosos paisajes urbanos de Richard Estes. Los desnudos
rigurosamente estructurados de Philip Pearlstein y las composiciones planas de
Alex Katz y Wayne Thiebaud conferían también al realismo un tono frío y
abstracto. Mientras tanto, en América Latina empezaban a brillar figuras como
el ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, que acude a las aristas pronunciadas y a la
deformación para expresar a menudo un contenido político.

Nuevas Tendencias Abstractas:

Después de la intensa subjetividad del
expresionismo abstracto, la pintura abstracta se inclinó hacia una pureza
formal más rigurosa e impersonal. La culminación de esta tendencia fue el
minimalismo, en el cual la pintura se reducía a simples formas geométricas,
motivos rítmicos o colores lisos. A la cabeza de los minimalistas estaban
Kenneth Noland, Larry Poons, Robert Ryman y Brice Marden. La Hard-edge
abstraction
fue un movimiento relacionado con el anterior, que evolucionó
hacia composiciones abstractas más complejas y dinámicas en las obras de Frank
Stella y Al Held.

Bajo la influencia de la máxima de
Duchamp, según la cual la pintura debía estar "al servicio de la
mente", el arte conceptual solía consistir en una sola palabra o en una
afirmación teórica. En esta época destaca el uruguayo Nelson Ramos.

La Pintura Europea de la Posguerra:

Entre los pintores que destacaron
después de la II Guerra
Mundial se encontraba Jean Dubuffet y Karel Appel. En Inglaterra las agónicas
figuras de Francis Bacon y los cuadros urbanos, llenos de lirismo, de David
Hockney dan fe de la vitalidad de la pintura figurativa inglesa. En América
Latina, el dibujante, pintor, moralista y escultor colombiano Fernando Botero
empieza e exponer desde principios de la década de 1950. La factura ingeniosa
de sus personajes obesos deja ver la influencia de los pintores italianos del
quattrocento.

Neo-expresionismo

En la década de 1980 varios artistas
jóvenes, europeos y americanos, se rebelaron contra la pureza formalista,
impersonal y austera, de gran parte del arte abstracto. El resultado fue un
resurgimiento de la pintura figurativa y narrativa llamado neo-expresionismo.
Muchos de los seguidores de este movimiento evitaron la representación
realista, empleando en su lugar pinceladas toscas y colores fuertes para
plasmar sus visiones subjetivas, por lo general ambiguas y enigmáticas.

República Dominicana el 21 de marzo de 1951. Inició
sus estudios de pintura en la
Escuela de Bellas Artes de San Francisco de Macorís en 1963
obteniendo una beca del Estado de estudios en la Escuela Nacional
de Bellas Artes en 1968, donde concluye bajo la guía del maestro Jaime Colson.

Se gradúa como Bachiller en Filosofía y Letras en 1968 y
realiza estudios de lenguas extranjeras en la Universidad Autónoma
de Santo Domingo.Ureña Rib lee, escribe y habla con fluidez Español, Inglés,
Francés, Alemán e Italiano. Durante 1973 y 1974 reside en España y realiza
extensos viajes de estudio por Europa Central y el Norte de Africa.

Con el aval del insigne escritor español, don Gregorio
Marañón, exhibe en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid y en los
homólogos institutos de
Barcelona y Soria y en el Museo de Bellas Artes de Málaga. En Europa estudia
técnicas de pintura flamenca y Veneciana. Desde 1975 Fernando Ureña Rib exhibe
sus obras en museos y galerías de Europa, sobresaliendo las exposiciones
presentadas en el Deutsche Bank, de Bonn, Alemania en 1982 y la muestra del 12
de Octubre de 1988 en el Istituto Italo Latinoamericano de Roma, a la que
asiste en pleno el cuerpo diplomático y altos dignatarios de
la Iglesia.

En 1977 recibe una invitación del Departamento de Estado de
los Estados Unidos para conocer los Museos e Institutos de Arte mas importantes
de ese país.  Ureña Rib ha servido a su país como Profesor de Dibujo en la Escuela Nacional
de Bellas Artes y como Director de la Escuela de Artes de la Universidad APEC.
Participa en la organización y curaduría de las exposiciones retrospectivas de
George Hausdorf, Gilberto Hernández Ortega y Joseph Gausachs en el Museo de
Arte Moderno. (1981,1982). Desde 1983, en Montreal y durante las temporadas de
verano Ureña Rib realiza estudios avanzados de técnicas clásicas de la pintura
al óleo con el maestro serbio Josef Mejsner.

Ureña Rib ha sido presidente del Colegio Dominicano de
Artistas

Plásticos donde realizó una intensa tarea cultural de reestructuración interna
y de relaciones públicas. En esa ocasión presentó mas de veinte exposiciones
individuales de artistas dominicanos importantes. Es miembro de AICA,
la Asociación
Internacional
de Críticos de Arte, con sede en París y de
la AIAAP
,
la Asociación
Internacional
de Artistas Plásticos. Es colaborador de los
periódicos Ultima Hora, Listín Diario y El Siglo.

EXPOSICIONES
INDIVIDUALES

2000 Museo de Arte Contemporáneo de Panamá. 1999 Museo de
Arte Moderno, Santo Domingo. 1996 Museo Guayasamín, Quito, Ecuador.  1999
Fernando Ureña Rib Art's Studio, Miami.  Café Galería. Santo Domingo. 1995 Konrad Adenauer Stiftung, Mainz,
Germany  Studio 410 , Montreal, Canada,
Shell Aerocentre, Ottawa, Canada.  Museo
de Arte Moderno, Santo Domingo, Dominikanische Republik.  1994 Colegio
Dominicano de Artistas Plásticos, Santo Domingo. 

 

 1994 Bureau Du Tourisme, Montreal, Canadá.  1993Fundación Konrad Adenauer, Mainz,
Deutschland Galerie Taran, Thor  Arne Ranghus, Oslo, Norwegen . Galerie Opris, Munchen ,
Deutschland.  Casa del Cordón, Santo Domingo, Dominikanische
Republik.  1992 Casa de Bastidas, Santo Doming.   Centre Vanier,
Chateauguay, Montreal, Canad.

1991 Casa de Bastidas. 

CÁNDIDO BIDÓ

Nació en Bonao, en 1936.Es uno de los pintores
dominicanos más cotizados a nivel internacional. Su fama se extiende a varios
países de Europa y Latinoamérica, el Medio Oriente y los Estados Unidos de
América, consecuencia de las diversas exposiciones individuales que ha llevado
a cabo en esos lugares. Muchas de sus obras se encuentran en manos de
coleccionistas de Francia, España, Brasil, Estados Unidos, Venezuela, Puerto
Rico, Alemania, Islas Vírgenes e Israel.   

Ha sido
premiado en numerosos concursos, en especial en la XII Bienal de Bellas
Artes, en la que su obra "Los amantes de la aldea" obtuvo el Primer
Premio.  En la obra de Bidó los elementos plásticos cobran vida en una
sencillez elevada a los extremos por la exquisita sensibilidad de este
artista. 

De 1962 a 1967 es profesor
ayudante de la
Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA); de 1967 a 1981 es profesor
titular de la ENBA
(de Dibujo y Artes Aplicadas). Entre 1962 y 1986 realizó más de 20 exposiciones
individuales, tanto en el territorio nacional como en el extranjero. Entre las
más importantes se pueden citar las ¡levadas a cabo en el Museo de Arte
Contemporáneo, de Panamá; la de la Universidad Autónoma
de México (1982); Galería Wilma Wayne, Londres (1983); Galería Surban, Caracas;
Galería Katia Granoff, París; El Gaucho, Bonn;

Entre los
galardones más importantes obtenidos por Bidó se encuentran: Primer Premio
Concurso Esso de Artistas Jóvenes (Santo Domingo, 1965); Cuarto y Quinto Premio
Concurso E. León Jiménez (Santiago, R. D., 1966); Tercer Premio Xil Bienal
Nacional (Santo Domingo, 1972); Primer Premio Xiii Bienal Nacional (Santo
Domingo, 1974); Segundo Premio XIV Bienal Nacional (Santo Domingo, 1979);
Primer Premio Concurso E. León Jiménez (Santiago, R. D., 1981); Cuarto Lugar
Concurso Internacional NOMA, ilustración para libros infantiles (Japón, 1982);
Premio El Gaucho (Bonn, 1985). 

Cándido Bidó
plasma la poética calma de una pintura penetrante, sensual y mágica. Recorre el
contorno antillano, lujurioso y plácido en la homogénea fantasía de una paleta
que imprime a los colores rojo, azul, amarillo y sepia la profunda vivacidad de
lo bello. Bidó es uno de los artistas dominicanos de mayor consistencia
internacional y al respecto se puede consignar que su repertorio de formas
impresionistas lo han convertido en un auténtico embajador del arte nacional en
Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.

GUILLO PéREZ

Nació en Moca, en
1926. Cursó estudios de pintura y se graduó en la Escuela de Bellas Artes de
Santiago de los Caballeros en el año 1950. Prefiere el óleo sobre tela,
usando espátula para lograr fuertes empastes. Su estilo es
expresionista-abstracto. Actualmente trabaja en un estilo más
estructurado, ordenando en la tela símbolos reconocibles. Temas tratados:
monumentos coloniales, (monumentos de Jerusalén), marinas, figuras, paisajes,
flores, hojas de plátanos y gallos.

Ha realizado
treinta exposiciones individuales en la República Dominicana
y en el extranjero, y a la vez ha participado en exposiciones colectivas internacionales,
tales como en las bienales de Brasil, Francia, y Estados Unidos, en las
ciudades de Washington, New York, Michigan, Chicago, Baltimore, Boston, Miami y
en la isla de Puerto Rico; también en Curacao, España, Alemania, Islas
Vírgenes, Uruguay, Chile, Israel Brasil, Venezuela, México, Cuba, Inglaterra,
Panamá, Ecuador, Italia y Bélgica. 

En las bienales celebradas en el país ha ganado tres premios: dos de
la Universidad Autónoma
de Santo Domingo y uno de
la
Editora El
Caribe, C. por A. 

En el Concurso Anual de Arte, de la
firma E. León Jiménez, C. por A., de Santiago, República Dominicana, ha
obtenido tres primeros premios consecutivos con medallas de oro y segundos
premios y un quinto premio durante los años 1964, 1966, 1967 y 1968, respectivamente.
En el Festival Internacional de
la
Pintura, en Cannes Sur-Mer, Francia, durante los años 1970 y
1971, obtuvo menciones de honor. El Museo de Ponce, Puerto Rico, posee un
cuadro de Guillo Pérez, donado por el Gobierno dominicano. 

El Museo de
Ponce, Puerto Rico, posee un cuadro de Guillo Pérez, donado por el Gobierno
dominicano. En Roma, Italia, se exhibe en una galería particular un cuadro de
Gui lo Pérez, donado por la Nunciatura Apostólica de Santo Domingo, titulado
"La Catedral
Primada de América". En el Museo Nacional-de Santiago de
Chile, como también en la casa presidencial de Israel, se encuentran cuadros de
Guillo Pérez donados en nombre del pueblo dominicano, durante visitas que ha
realizado a dichos países.  Ha dirigido la Escuela de Bellas Artes de
Santiago y de La Vega. Fue
profesor en la Escuela
de Arte de APEC, y también director durante los años de 1973 a 1979 de la

Escuela
Nacional de Bellas Artes de Santo Domingo.. Sus temas de los ingenios
(carretas, bueyes y caseríos) permiten una visualidad contemplativa y poética
de impresionante luminosidad del ambiente.  En el aspecto humano, es un
artista muy tratable y extrovertido. Ha alcanzado la categoría de maestro por
su dominio de todos los procedimientos de los elementos pictóricos.

ELSA NUÑEZ

Estudia filosofía en la Universidad Autónoma
y arte en la Escuela
nacional de Artes Plásticas de su tierra natal, y en España, en la Academia de San Fernando.
Expone en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid y en el Museo de las
Casas Reales y el de Arte Moderno de Santo Domingo. En 1979 obtiene el premio
Independencia de Cultura otorgado por la Embajada y la Casa de España; y posteriormente el Gran Anacaona
de Oro por su labor en la plástica dominicana.

Combina la
abstracción con lo figurativo, pone especial énfasis en imágenes de corte
expresionista. Una de sus características más recurrentes es la acentuación del
negro en sus trazos con el fin de dramatizar la forma humana, especialmente la
femenina. Mujeres abandonadas, envueltas en atmósferas nostálgicas y
desvalidas, son el pretexto para poner en evidencia una situación femenina que
debe ser modificada. El soporte de este trabajo pictórico es el dibujo y la
textura del color. Elsa Núñez nos invita a ser testigos de escenas cargadas de
una intencionalidad no solo artística sino también social. Elsa Núñez contempla
el mundo en diferentes aspectos, quiere situarlo en sus interioridades,
conferirle un significado poético. Esa visión se siente a través de la
presencia de los seres humanos. Pero, aparte del tratamiento estilístico tan
diversificado, la pintura contemporánea evoca la figura según distintos
contextos: la realidad, cotidiana que forzosamente aborda en un momento la
temática social y ambiental concreta, incluyendo avances y problemas de la
tecnología, vivencias puramente internas e imaginarias que
"surrealizan" la atmósfera y trastocan sus elementos, actitudes y
personajes prácticamente perennes, quienes se entregan a tareas fundamentales,
fuera de un tiempo preciso, o, en su expresión corporal alegórica, transmiten
la perennidad del símbolo. Esas últimas propuestas responden a los
planteamientos de Elsa Núñez cuando plasma la figura humana.

 

 

 

Autora:

Yahaira Peralta

Enviado por:

Francisco Augusto Montas Ramírez

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO
DOMINGO (CURO-UASD)

Introducción al
Arte y Estética

Octubre 2008 – San Juan de la Maguana, 
R.  D.

Partes: 1, 2

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